Izquierda y nacionalismo

   

  Hay pocas contradicciones tan grandes como la que se desprende del concepto de "izquierda independentista". La expresión es un oxímoron como la copa de un pino. Una política de izquierdas nunca puede comulgar con el nacionalismo. La izquierda basa sus argumentos en la equidad y en el convencimiento de que los ciudadanos gozan de idénticos derechos, independientemente de su origen o idiosincrasia. El nacionalismo, por el contrario, pretende otorgar privilegios y condición de superioridad a unos ciudadanos concretos por el mero hecho de pertenecer a una etnia determinada o de haber nacido en un lugar puntual. La "izquierda abertzale" está en su derecho de reivindicar lo que le venga en gana, pero debería reparar en que algunos de sus planteamientos no difieren en un solo punto del fascismo. Y desde luego, no tienen nada que ver con el marxismo, una doctrina que consideraba los nacionalismos desde una perspectiva totalmente negativa. El nacionalismo es excluyente por definición. Quien intente disfrazar esa certeza mediante el uso de otros términos está intentando manipular y oculta sus verdaderos intereses. Quien no lo vea así, debería acudir a Marx. O al diccionario, sin ir más lejos.

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